A las declaraciones del obispo Alejandro Goic, este martes se sumó la misma diligencia con el párroco de Peumo, Héctor Fuentes, el primero de los 14 sacerdotes suspendidos de sus funciones en presentarse ante el Ministerio Público.
La Fiscalía Regional de O’Higgins avanza en la investigación por presuntos abusos por parte de sacerdotes de la Diócesis de Rancagua, luego que un reportaje de T13 dejara al descubierto una supuesta red de religiosos involucrados en prácticas que podrían constituir delitos.
Como primera reacción a la denuncia, la Diócesis suspendió de sus funciones sacerdotales a 14 párrocos, mientras no se aclaren los hechos, dando paso a una investigación penal, que lleva adelante el Ministerio Público y una Canónica, que desarrolla la Iglesia.
En este marco, el obispo Alejandro Goic se presentó el miércoles pasado en la Fiscalía para entregar los antecedentes que tenía en su poder.
La misma diligencia cumplió este martes el suspendido párroco de Peumo, Héctor Fuentes, quien, en calidad de imputado, concurrió a las oficinas del Ministerio Público Regional, para entrevistarse con el fiscal Sergio Pérez, que encabeza la indagatoria, convirtiéndose en el primero de los sacerdotes involucrados que es citado a declarar.
Tras cumplir con la diligencia por cerca de dos horas y al abandonar las dependencias, alrededor de las 19:10 horas, el sacerdote guardó silencio y su abogado, Francisco Javier Donoso, declinó referirse al supuesto delito por el que se estaría investigando a su representado y se negó también a dar a conocer mayores antecedentes al respecto.
En este sentido, Donoso afirmó que “el fiscal me dijo expresamente que la causa se encuentra con secreto durante 40 días y pidió que mantuviésemos reserva de los antecedentes que habíamos entregado. Pero todo aquello que la fiscalía nos preguntó le fue entregado al tenor de lo que el mismo obispo nos pidió”.
OBISPO EN PAREDONES
En tanto, el pasado domingo, el obispo Goic ofició la misa principal en el templo de la Parroquia de Nuestra Señora de la Nieves de Paredones, cuyo sacerdote, Luis Rubio, fue suspendido días antes que se emitiera el reportaje de televisión.
El día anterior, el prelado había renunciado a la presidencia del Consejo de Prevención de Abusos de Menores, producto de las mismas denuncias.
En su homilía, Goic dijo a los más de 200 fieles que se reunieron en el templo que “puedo asegurarles en medio del dolor que tenemos todos, y especialmente esta querida comunidad de Paredones, que estamos haciendo todo lo posible para que se esclarezcan las diversas situaciones, pero lo que no podemos permitir, es que se condene a todos sin conocer verdaderamente cada uno de los hechos. Nosotros queremos que se esclarezca la verdad por parte de la justicia humana y también por parte de la justicia eclesiástica”.
Concluida la liturgia, donde además bautizó a la niña Ema Julieta, de cuatro años de edad, con respecto a la investigación recalcó que “en este momento, hasta el presente, no sabemos lo que pueda venir, hay un sólo caso donde pareciera que habría abuso de menor y eso está siendo investigado por la Fiscalía y la información que manejamos nosotros, es que sólo uno podría haber hecho aquello y se está actuando de acuerdo a las leyes de la Iglesia, y si eventualmente surgiera otra persona con abuso de esa naturaleza, se va a investigar tanto por los tribunales civiles como los tribunales eclesiásticos”.
Aseguró, además, que la suspensión de los 14 sacerdotes respondió a “medidas cautelares”, ya que “habría otras situaciones contrarias a la integridad sacerdotal, como por ejemplo, mal uso del dinero de la parroquia (…), en otros casos se dice, porque todavía estamos investigando, que habría faltas al celibato con mayores de edad. Son pecados graves, pero no son propiamente delitos, pero es un pecado grave a la integridad del ministerio sacerdotal”.
Asimismo, explicó que su visita a la comunidad de Paredones, donde también sostuvo reuniones con organizaciones de la parroquia, era la primera de una serie de actividades similares que realizaría en los próximos días en las comunas afectadas por la suspensión de sus párrocos.