Parece sueño pero es cierto, O’Higgins ganó nuevamente en el torneo nacional y esta vez, frente a un rival de fuste, de esos que nadie quiere perderse y todos desean jugar (incluso Matías Donoso, borrado de la lista).
El tránsito del partido estuvo a cargo de Católica, pero la tenencia del balón no es signo de absoluta apropiación. Los “Celestes” entendieron que menos es más y que el fútbol no solo exige técnica, sino también, conciencia y cabeza.
Atrás quedaron los sistemas ultraofensivos y las formas insípidas para marcar en el arco rival. Hoy emerge como el fénix, el trabajo con bototos y overol.
Se extingue la crisis bajo el mando del líder, campeón de América, Pedro Pablo Hernández. Cuando muchos querían jubilarlo, antes de los 40 años, él decidió echarse el equipo encima y sufrir, por todos los demás, el golpe que inquieta la incertidumbre.
Broma…¿Ganamos otra vez?, sí le dije a mis amigos, que sienten incredulidad ante lo acontecido en la comuna de Independencia.
Fue una noche de batalla y tesón. Sin hinchas rancagüinos en las gradas para festejar, pero que más da, si los tres puntos se vienen en el asiento uno del bus de la Tía Mónica.
Fin de semana en paz y tranquilidad. Parrilla humeante y mosto a la vena para decir que O’Higgins encontró la ruta.
“Si quieres comprender la palabra felicidad, tienes que entenderla como recompensa y no como fin”, dijo El Principito, libro que este 2023, cumple 80 años.
Ganar a la UC, es premio al esfuerzo, ganas y coraje. No es tan complejo, cuando se unen las voluntades.
Por Manuel Polgatiz c.
Periodista deportivo