Tras la muerte de seis trabajadores en la mina El Teniente, el psicólogo del Servicio de Salud O’Higgins, Ramón Rubio entrega claves para comprender y transitar el duelo colectivo, ese dolor profundo que sentimos como comunidad.
Rancagua, 05 agosto 2025.- La región está de luto. La muerte de seis trabajadores en la mina El Teniente ha golpeado fuerte, dejando una herida que no solo afecta a sus familias. También duele en los compañeros, en los amigos, en los vecinos. Duele en quienes no los conocieron, pero sienten que algo se rompió.
Porque hay pérdidas que no son solo individuales. Son tragedias que remueven algo en todos nosotros, que nos hacen mirar hacia adentro, preguntarnos cosas, sentir un vacío compartido. A eso le llamamos duelo colectivo.
No es la primera vez que nuestra región y el país enfrentan un duelo colectivo durante esta generación. En 2011, el país entero lloró la muerte del animador Felipe Camiroaga y la tripulación del avión de la FACh que cayó en Juan Fernández. En 2013, Rancagua se vistió de luto tras el accidente en Tomé que cobró la vida de 16 hinchas del club O’Higgins. Hoy, nuevamente, una tragedia nos invita a reflexionar sobre cómo lidiamos emocionalmente con el dolor cuando se vive en comunidad.
“Los seres humanos somos gregarios”, señala Ramón Rubio, psicólogo del Departamento de Salud Mental del Servicio de Salud O’Higgins. “Vivimos la vida colectivamente, aunque en distintos escenarios y momentos. Y cuando alguien muere, no solo su familia sufre; toda una comunidad puede verse afectada”.
Rubio explica que el duelo colectivo es una forma de procesar emocionalmente una pérdida que se vuelve pública y simbólica. “Ya desde los neandertales hay evidencia de rituales fúnebres. Cuando alguien de nuestra comunidad muere, sentimos que algo de nosotros también se va con esa persona. Nos enfrentamos a la fragilidad de la vida, a la idea siempre latente —pero muchas veces ignorada— de que somos finitos”.
Además, este tipo de duelo se ve intensificado por la exposición mediática. Las redes sociales, los noticieros, los videos y comentarios multiplican las imágenes y testimonios. La información fluye sin filtros y puede sobreexponer emocionalmente a personas que ya están vulnerables.
Para Rubio, el camino más saludable es encontrar un sentido en medio del dolor. “El duelo colectivo nos debe llevar a la resignificación. Preguntarnos por qué ocurrió esta pérdida, cómo podemos evitar que vuelva a suceder, cómo cuidarnos más como comunidad. No se trata de buscar culpables ni de retroceder en el tiempo, sino de dar un nuevo significado a lo ocurrido, que nos permita sanar y crecer”.
Inspirándose en filósofos como Heidegger, Rubio plantea que vivimos muchas veces de forma inauténtica, ignorando la muerte. “Y es en estos momentos cuando nos enfrentamos a lo esencial: la vida es frágil. Hay que aprovechar el aquí y el ahora, decir lo que sentimos, abrazar a los nuestros, resolver los conflictos pendientes”.
Cinco claves para acompañarnos en el duelo colectivo
Desde el Servicio de Salud O’Higgins se proponen algunas orientaciones simples pero importantes para enfrentar este dolor compartido:
Permítete sentir: La pena, la rabia, la culpa o la impotencia son emociones naturales. No las juzgues. Vívelas.
Habla con otros: Conversar con alguien cercano o participar en espacios comunitarios puede ayudar a liberar y compartir lo que sientes.
Modera tu exposición a redes sociales: Infórmate con responsabilidad, pero evita saturarte de imágenes o comentarios que te dañen.
Realiza actos simbólicos: Una velatón, una carta, una oración… cualquier gesto que ayude a honrar la memoria de quienes partieron puede aliviar el alma.
Cuida tu salud mental: Si sientes que el dolor te sobrepasa, no estás solo. Pedir ayuda profesional es un acto de valentía.
“La muerte puede estar más cerca de lo que imaginamos”, concluye Rubio. “No lo decimos para generar miedo, sino para valorar más intensamente el presente. El dolor compartido también puede ser una oportunidad para crecer como comunidad”.
Si este episodio de duelo colectivo o cualquier otra situación te hace sentir sobrepasado emocional y mentalmente, puedes llamar a Salud Responde 600 360 7777, opción 2, donde profesionales capacitados ofrecen apoyo y contención.